¡¡¡¡¡¡¡¡¡Un estreno más!!!!!!!!!!!

28.01.14, 14.48 de la tarde e Inma me ha sugerido hace ya rato que por qué no hago yo la crónica de esta última actuación en nuestro “querido” CERVANTES ( desde que hago este montaje a todo y a tod@ les llamo querido), y le digo en principio que no me veo, aunque reconozco que la anécdota que me surgió ayer con respecto a la actuación es graciosilla, novedosa –desde luego para mí- y como para contar así a los allegados y amigos, (claro a ella se la he contado y por eso lo de -anda estaría bien contarlo-), y aunque a ella le ha pasado un tanto de lo mismo que a mí, con respecto a la anécdota, ella claro ya escribió en su momento su crónica de la actuación pertinente.

Así que, aquí estoy, con muchas sensaciones antes y después de la actuación y pocas palabras para contarlo.

Empezaré por el final, LA ANECDÓTA de ayer comprando el pan:

Panadería de la calle Miguel de Unamuno, abierta casi tantos años como yo vivo en mi casa, comprando el pan en ella desde que la abrieron.

Yo, entro a media mañana como muchas otras, tres o cuatro personas dentro, no más, y dos dependientas, con aspavientos y relativas voces habla una de las dependientas:

DEPENDIENTA: ¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡No, no, no puede  ser!!!!!!!!!, ¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡eres tú!!!!!!!, ¿porque eres tú, verdad?, ¿la del teatro de ayer?.

YO: (con más miedo que vergüenza que diría el refrán, pero casi al revés) Sí.

DEPENDIENTA: ¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡no me lo puede creer, no me lo puedo creer!!!!!!!!!!!, pero si estuve  viéndoos ayer en el Teatro Cervantes, bueno, bueno, ¡¡¡¡¡¡¡cómo sois!!!!!!!, ¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡geniales, geniales,!!!!!!.

La otra dependienta ha mirado a su compañera, (que se podría decir que es su responsable o su jefa), atónita mientras el resto del público se queda boquiabierto y empieza a mirar con curiosidad. Ante la repetición del texto y los gestos de la encargada, la dependienta preguntará a “su público”: ¿QUIÉN VA?.

El resto del diálogo, monólogo, es un poco de lo mismo, la dependienta responsable encargada alabando el montaje, los personajes, los actores, la dirección, etc. Y yo escuchando y dando gracias a diestro y siniestro porque la individua no para de moverse por toda la tienda al otro lado del mostrador.

Y cuando me fui, fue un poco de -está loca, mejor no volver a actuar en Alcalá-, ¿qué me ha dicho? ¿que conocía a quién?, “la tontita”, y ¿quién es la tontita?.  ¡¡¡¡¡¡¡Qué subidón!!!!!, ¡¡¡¡¡¡¡qué vergüenza!!!!!, y cuando venga la próxima vez, será de las que te lo recuerdan una y otra………………, lo tengo que contar en casa, y a Inma, a ver qué dicen………………………

Y así incluso te pones a pensar y reflexionar en cómo ha ido todo antes de empezar la función y después y aún sabiendo que ha habido equivocaciones y demás,  te sientes satisfecha y con la certeza, que no cerveza Pepa, de que si hubiese otra actuación el domingo siguiente sería mejor de lo que lo has sentido y mucho mejor de lo que te han dicho que salió.

Porque  a ver, lo que no puede ser es estrenar cada tres meses, con los mismos nervios, preguntas, respuestas etc.,  que la primera vez allá por junio de 2012…………..

Si algo hemos mejorado en las últimas representaciones es la carga y descarga, ¡¡¡¡¡¡¡¡ya no la hacemos nosotros!!!!!!!!!, pagamos por ello y eso que hubo una serie de conversaciones en esta ocasión sobre recortes en Maru-jasp que no llegaron a mucho la verdad.

Con todo, me quedo con la satisfacción de tener unos compañeros tan maravillosos en el escenario, ahora solo se me ocurre eso. ¡Ah!, bueno no, y se me ocurre lo mal que estuve el viernes anterior  a la actuación no en el ensayo de la función que nos ocupa (que eso es harina de otro costal, ¿verdad Sr. Director?, -no desparraméis chicos, que en esta función cabe todo, pero no- ¡¡¡¡¡¡¡¡ Coño!!!!!!!! pero señala con el dedo quién desparrama que si no nos quedamos igual) si no en el siguiente. Lástima el tiempo que les hice perder a esos compañeros maravillosos en ese ensayo.

Pero como lo que nos ocupa es la crónica de RUIDOS, y ahora no se me ocurre nada más, aquí lo dejo. Que digo yo, tampoco tiene que ser tan larga, casi con esto vale, ¿no?, ¿sí?, se lo preguntaré a ese Sr. que siempre  nos dice lo que tenemos que hacer………………….

Gracias M. Ortiz.

P.D. la crónica anterior a esta sobre la actuación de Torrelavega, ¡¡¡¡¡¡¡¡ya viene, ya, que ya está llegando…………..!!!!!!!!!!!!

 

Día 2: “Ruidos en la casa”

Día 2: “Ruidos en la casa”

Función a la vista.  Domingo 28 de octubre a las 19 horas en Cheste (Valencia).

La segunda, después del estreno, después del verano, después de cerrar “El Burgués Gentilhombre”, después de recorrer más provincias españolas con “Mujeres de Arena” y  de que se averíe la furgoneta, llegamos a Cheste por cuarta vez y con “Ruidos en la casa” casi como si fuera el estreno.

Días, semanas de discusiones, hora a la que salir, un@s que sea temprano para llegar pronto, “que hay mucho que hacer y mucho que montar”……….., otr@s que si no puede ser más tarde, necesito no sé cuantas horas de sueño…. Surge una propuesta: salir el sábado para montar el propio sábado y el domingo tener tiempo para ensayar tranquilamente.

Propuesta no aceptada.  Según pasa el tiempo nos volvemos más especialitos y más maniáticos, cada uno con lo suyo ¡es que como en mi cama no duermo en ningún sitio!, normal (ni nadie). Creo que eso nos pasa a todos, pero ….

Idea de Goyo: lío a mis primos valencianos para que me ayuden a montar. Yo me voy el sábado con el camión. Dicho y hecho. Se han dejado convencer esta vez, no se si después de la experiencia volverán a dejarse engañar.

Llegada a Cheste: 16 horas del sábado 27 de octubre.

Misión 1: Descarga

Ya tenemos a los valencianos esperando en la puerta del  teatro. Cara de circunstancias al ver el camión y abrir las puertas. Como el camión es grandecito, la escenografía va holgada y no parece tanto, pero al empezar a descargar enseguida viene la primera pregunta ¿¡Cuántas puertas!?  Y yo les digo: sólo cinco.

Luego vienen los sacos de arena que como vienen camuflados en los cajones no se ven. Empiezo a sacarlos uno a uno, y otra vez la exclamación ¡¿Cuántos sacos?! A eso se une las cajas de atrezzo, de herramientas, listones, telas, etc, etc.

Misión uno completada. Descarga realizada.

Misión 2: Montar escenografía

El montaje es como un rompecabezas y que solo Goyo conoce. Algún día aprenderemos los demás, nos organizamos bien, y a lo mejor conseguimos montar en una hora en vez de cuatro.  La cerveza ayuda, o eso dicen.

¿Alguien pensaba en montar escenografía relajadamente? Eso casi nunca pasa, y menos teniendo a Moncho al lado que no para de hablar, y bla, bla, bla….. ¿Y el futbol? Empieza las 18h, hay que darse prisa que hay que ver al Valencia (¡manque pierda!).

Empezamos con las incidencias: La ventana que roza y no abre, picaporte de una puerta que se rompe, la rueda de la mesa de televisión rota en el transporte. .. Llamada a Jose rápidamente para que traiga las ruedas de repuesto y mensaje a Cuqui para que no se le olvide la cepilladora. A pesar de las chuletas escritas en la propia escenografía montamos los cajones al revés, ¡vaya por Dios! ¡ Y ahora las puertas no coinciden y tendremos que volver a empezar!

Refuerzo para la barandilla, Gabi pone tanto ímpetu en sus acciones que un día de estos se quedará con alguna puerta o con la barandilla en la mano (mientras no se le caiga encima). Pues nada, vamos a evitarlo poniendo refuerzos, refuerzos que hay que pintar (las rayitas otro día) para lo que me pongo mi traje de astronauta que ya quedó inmortalizado con Bernarda.

18 horas del sábado 27 de octubre de 2012

Empieza el futbol y los futboleros van desapareciendo uno a uno, total si no hay suficientes herramientas …. Se queda Juan Luis y antes de que finalice el partido, nosotros ya hemos terminado de montar la escenografía y pintar. ¡Viva! Me siento en el suelo del escenario, las piernas ya no me sostienen, a esperar a los futboleros y a los técnicos del teatro.

Se escucha follón en la entrada, deben ser  los futboleros, el Valencia ha perdido ¡vaya por Dios!.

Quedamos en volver al día siguiente a las 11h para continuar con la iluminación, sonido, ensayo técnico y demás pruebas necesarias para preparar la función de la tarde. Estamos cansados y mañana tenemos un día muy largo por delante.

11 horas del Domingo 28 de octubre de 2012. Cheste (Valencia)

Nos enfrentamos a un día muy largo, y eso que el cambio de hora nos ha regalado una horita. Pero quedan muchas horas hasta que nos encontremos con nuestra camita por la noche, cansados, magullados (siempre nos llevamos algún golpe o cardenal). Hay quien cuenta las horas, unos las que van a estar despiertos, sin dormir ¿20? ¿22?, otros las que van a dormir ¿3?¿4? ¿A lo mejor cinco los más suertudos?

Poco a poco va llegando todo el mundo, algunas caras son todo un poema (¡vaya nochecita, ¡eh!). Un momento, ¡faltan camisetas amarillas! Ah, no, es que no se la han puesto (mal). Empezamos: Luces, sonido, colocación escenografía, atrezzo, vestuario, marcas, etc … Dónde esta esto, dónde esta lo otro, … dónde lo pongo, dónde lo dejo. Llegamos a la hora de la comida con todo preparado para el ensayo técnico de la tarde previo a la función.

No hay nada mejor que hacer la digestión y pasar la morriña de la siesta subiendo y bajando escaleras, grabando memorias, probando sonido, repasando marcas, etc.

Empezamos ensayo técnico, entradas, salidas, puertas, sardinas, pim, pam, pum. Segundo acto, cambio de escenografía, marcas, botella, sabanas, flores ¿Dónde? Tercer acto, cambio de escenografía ¿Y el montón de sabanas dónde se queda? Hay apuestas sobre el tema,  que aunque se que la gané todavía no se el qué.

Unos oídos mejores que los míos me advierten que no sale el sonido por la izquierda, ¿por dónde? LA IZQUIERDA. Nada,  llamada a los técnicos, el micro tampoco esta listo. ¡Ah! Y la proyección, no hemos probado la proyección …

Ensayo técnico superado. Misión cumplida.

El tiempo que transcurre entre la finalización del ensayo técnico y el comienzo de la función es tiempo de nervios, consultas de última hora al dire, repaso de texto y acciones por grupitos… Unos se concentran consigo mismos a solas y otros aprovechan para sentarse en los muebles.

Son las seis, en una hora comenzamos. En la puerta un espectador impaciente dice que como es que el teatro no esta abierto si la función empieza a las siete. ¡Pues si que hay prisas! Pongo música para el público y que abran las puertas.

Aprovecho este tiempo para saludar a la familia que ha venido a vernos, son muchos, a algunos hace años que no los veo. ¡Que bien tenerlos entre el público!

La función  comienza y transcurre más o menos con normalidad, llegamos al cambio de acto, esta vez a telón cerrado. Se ven las sombras a través del telón moviéndose de un lado para otro. Queda mejor a telón abierto. Continuamos: segundo acto.

Me dicen que el telón se ha quedado muy abierto, que se ve entrecajas. ¡Claro! De eso se trata…

Fin del segundo acto. Transición. Definitivamente, hay que hacerlo a telón abierto, total si tienen que hacer lo mismo.

La función termina, aplausos. Respiramos. Ya esta. Esta hecho. Esta vez no ha habido bolsa azul, ni cajas de expedientes calientes …

Bueno queda lo más divertido, desmontar, cargar, volver a Alcalá, descargar, devolver la furgoneta e irnos a dormir, casi nada.

Con la ayuda de los empleados del teatro, desmontamos y cargamos. Antes de ponernos en marcha hay que cenar, y como dice mi tía, nada mejor que “cena de sobaquillo”, es decir, bocatas sentados en la acera del teatro. Inmortalizo el momento.

Parecerá mentira, pero todavía a las tres de la madrugada, subiendo y bajando por las escaleras de gilitos, cargados con sacos de arena, paneles, cajones, puertas, sardinas, platos… aún tenemos ganas de risas y bromas, a pesar del cansancio, de las caras de sueño. Mañana será otro día.

Creo que a esto se le llama Amor al Arte.

Inma Calvo

Día 1 «RUIDOS EN LA CASA», Auditorio Paco de Lucía 02.06.12

Nunca he tenido mucha fe en los rituales teatrales. Esa es una verdad a medias o casi una mentira. Tengo los míos, unos un poco más públicos que otros, pero personales a fin de cuentas. A la compañía siempre le doy su espacio, para esos rituales en los cuales no tengo la seriedad necesaria y mejor no estorbar. Al menos el día del estreno.

Allá nos vamos, a estrenar  “RUIDOS EN LA CASA”.

La verdad es que es un día con relativa calma, a pesar de tantas cosas, de tantas funciones y de tanto jaleo: fin de curso con los niños, vuelta a Madrid, indecisiones vitales y personales, vuelta a Alcalá y una semana un poco gris que se coloreará con un bonito estreno. Movimiento “Slow”

Uno de esos pequeños rituales personales pero públicos viene conmigo, algo de ropa nueva, y otro de los íntimos me lo da el tiempo libre antes de entrar al teatro. Soledad de barra de bar, meditaciones de Roland Garros y una copa de “patxarán” (el camarero me mira mal cuando le pregunto si no tiene otra cosa que no sea “zoco”… que malo acostumbrarse a lo bueno…)

Poco a poco se llena aquello de camisetas amarillas, o mostaza, o girasol, o gualda, que no paran de moverse, de fumar, de repasar su texto, de martillear y de ajustar las últimas piezas. Me cuenta esta tribu de “camisetas histéricas” que por la mañana la cosa no avanzó como se debía, debates incluidos sobre el grado de inclinación, la posición de la cortina, la bajada de las escaleras, la entrada al escenario, la calle, el cielo, el infierno… y yo a casi todo les digo que si…

Una vez terminados los detalles nos vamos a ese segundo ritual privado pero público que es “montar los saludos”. Miro el reloj y veo que vamos bien. Mi previsión es terminar de estar ahí en medio hasta las 19.00. Luces, cortinas, muebles. Saludos:

TRINI: ¿Cómo van a ser los saludos?

YO: “What youre proposing”

TRINI: ¡¡¡¿Qué?!!! ¿Ahora quieres que opinemos?!!! ¡Estamos locos!

YO: No, no, que van con esa canción…

Es fácil. Que majetes…

Nos ponemos con las transiciones. Repasamos y repasamos y repasamos y repasamos ¿pero como es posible que siempre falte algo? Algo en mi interior me dice que no lo estoy haciendo bien, que no debo darles las suficientes herramientas porque no es normal que siempre falte una sábana… Entonces mi subconsciente me da la solución: “dales una cerilla…acabemos con esto de una vez…” Por eso a veces no le hago caso a mi intuición.

El público va llegando. Todo fuego amigo.

La función comienza. Intento verla desde la cabina, pero me acabo sentando en la última fila, quiero estar cómodo. Todo suena y arranca bien, pequeños lapsus, entradas un poco antes de tiempo, todo presupuestado…  bolsa, bolsa, sardina, sardina…y de pronto…

…de pronto…¡¡la bolsa azul!!

Después de recoger los ojos, que se me habían salido de las orbitas, comprobamos el silencio, Roger y Vicky se han pasado al dormitorio (espero que a desnudarse del todo) Marta sale como puede a pedirle ayuda a Luis (…pues no tiene Cuqui bastante con lo suyo…) Nos rearmamos, dejando el vestido sin saber, sin salir nadie por el jardín y acudiendo a la primera entrada de nuestro ladrón. Después de eso, Roger aparece por la cocina con Clacket y Vicky por el jardín (¿Por qué?…que sabe nadie…)

Pero todo pasa, un poco mas o menos decentemente  y llegamos al descanso…

El segundo acto comienza con algún titubeo, algunas dudas. No nos pongamos nerviosos… pero por algún misterio que aun hoy no me explico, aparece la Sra. Ortiz, con sus cosas, sus frases, y se queda en medio de todo, viendo y escuchando cómo todos la buscan… ahí dejé de sudar…

El inicio de la segunda parte, a la cual llegaron sin que yo supiera muy bien el porqué, recolocó las cosas un poco. Pero sólo un poco. De pronto, veo las dos botellas en escena

¡¡¡¡las dos botellas!!!!  IMPRESIONANTE

Evidentemente, ninguna va estando donde debe. Todo se va precipitando… me agarro a la butaca de delante para no saltar… me falta alguien… falta la Sra. Ortiz (Claro, como antes salió mucho rato, ahora no sale, para compensar, seguro que está buscando su botella en Coslada) Las escenas van pasando, ella que no está, los demás van luchando como pueden. Ahí está Jose con una cara de “Diosmiodondeestamos” entrando y saliendo de punta a punta del escenario, todos le gritan algo del pegamento ¿y el cactus? ¿y la Sra. Ortiz? ¿y la lentilla? ¿Y las botellas? ¿y mi corazón? ¿y el hacha?¿y si hubiera acabado la carrera de económicas? Momento estelar: PHILIP entra y sale para que ROGER le grite un apoteósico “¡donde vas gilipollas!” …Se me escapa la risa floja…

De alguna forma, aun inexplicable para los entendidos en asuntos paranormales, el acto acaba y termina en su sitio.

Veo al comenzar el segundo acto que el cable del teléfono no está preparado (NOTA MENTAL: apostar con ellos a que seguro me dicen que sobra descanso…) Mrs. Claket lo desenreda como puede. Bien, vale, bueno, salvados. Es entonces cuando Gabi, poseído de una fuerza descomunal (yo imagino que la de algún agente secreto) empuja a Laura lo justo para tirar la estantería…normal, pienso, como ahora estamos con mucho espacio…mejor pegarse a los muebles… Nada, no pasa nada, no ha muerto nadie… seguimos…. Total, a mí el jarrón rosa no me gustaba…

El tercer acto transcurre casi sin incidentes. Alguna cosa nos dejamos por el camino, movimos el sofá hasta el jardín ¿de quien fue la idea de un sofá hinchable? ¿Por qué no lo coloca nadie? La gente se ríe, y yo también. Pienso que está todo siendo un desastre, pero no lo sabrá nadie como lo sabemos nosotros.

La función termina. Saludos, vivas y bravos.

Abrazos y felicitaciones.

Me encantan los días de estreno. Me puede gustar más, o menos la función en sí, o estar bien o mal. Pero día de estreno sólo hay uno, y hay que disfrutarlo. Dejar que la gente se quede vacía de toda esa energía, de todos esos nervios. Disfrutar de la función que se hace por primera vez, con sus aciertos y sus desgracias. Ya habrá tiempo de arreglar y de dar notas. Hoy solo es disfrutar, divertir, recopilar anécdotas y comentarlas al sabor de una cerveza.

Yo mientras, buscaré el programa de mano para comprobar que efectivamente lo que estaban perpetrando era “Ruidos en la casa”…

Juanma Casero.